NUNCA TE OLVIDAREMOS
UN MINUTO DE SILENCIO POR LA VIEJA UNDERWOOD. Grandes obras literarias y periodisticas salieron de tiNadie nace sabiendo nada, con la excepción de llorar y eso porque el médico no suele ser demasiado generoso con los que arribamos al Mundo ¿quién no llora colgado de cabeza, embadurnado de grasa, luego de estar encerrado 9 meses y con un tipo que en vez de darnos una bienvenida nos suelta un manotazo en los tiernos glúteos? Ya quisiera uno coger al médico y hacerle lo mismo. En fin, quería decirles que la vida es un perpetuo aprendizaje, pero hay que ser selectivos. ¿Qué desea usted aprender? En mi caso fue el periodismo. ¿Y por qué? Por que solo hay cuatro poderes y ese es uno al que los otros tres suelen temer. ¿Y eso es razón suficiente? Claro que NO. En verdad ese poder no lo percibimos sino a nivel macrosocial y en muhas ocasiones, el periodista es víctima. Llegué al periodismo porque necesitaba contar historias. Y usted dirá, pero ¿Para eso no está la literatura? Cierto, pero yo quería contar historias, pero VERDADERAS. Ahhhh, ¿Entonces es cierto que el periodismo es objetivo e imparcial y cuenta la verdad? Al menos, eso me enseñaron en la universidad, pero la vida también me enseñó que el periodista toma partido porque somos, por encima de profesionales de la prensa y normas de redacción, SERES HUMANOS. Y tenemos sentimientos, y opiniones y seríamos hipócritas si no expresamos nuestro verdadero criterio y no el que desean otros por intereses políticos o comerciales. ¿Y siempre siempre debemos expresar la pura VERDAD? Esa es una pregunta relativa y discutible. En primer lugar, la pura verdad no existe. Todo pasa por dentro de nosotros y ello invalida de hecho la imparcialidad. No siempre de pan vive el hombre, sino también de lo que sale de su boca. Y a veces lo que sale de tu boca y se escribe luego, puede traernos mas perjuicios que beneficios y no sirve para alimentarnos, ni a tí ni a tu familia. ¿Qué hacer entonces? Mi consejo es escribir la verdad hasta donde podamos. Y cuando ya no podamos seguir diciendo la verdad, porque tenemos demasiados miedos y tememos perjudicarnos luego de una vida acumulando méritos y tememos que nuestra familia pase hambre y necesidades, entonces apartémonos del periodismo, descolguemos el diploma de la pared y echemos en la basura la agenda de trabajo porque ese es justo el momento de saber que nos equivocamos de profesión. Y es mejor tarde que nunca. .
martes, 9 de octubre de 2012
miércoles, 7 de diciembre de 2011
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